En un sistema caótico, una mínima diferencia en sus condiciones iniciales hace que el sistema evolucione de manera totalmente distinta. Ejemplos de tales sistemas incluyen la atmósfera terrestre, el Sistema Solar, las placas tectónicas, los fluidos en régimen turbulento y los crecimientos de población.
Las simulaciones de la realidad que presentan un mundo imaginario al receptor son ficciones.
Desconocemos los alcances y el destino de nuestra propia especie. Se ha de afirmar que hemos de ser concientes de las potencialidades así como de las limitaciones que como especie tenemos, y muchas veces el intento de tomar el control no va más allá de ingenuas fantasías que alimentan nuestro universo moderno.
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