19 de abril de 2009
decadente
Lo tironeaba del brazo como si quisiera educarlo con el dolor, el nene no paraba de girar como una calesita salida del eje, a punto de explotar, por suerte la penitencia estaba acompañada de gritos que escupían saliva. El cabrito pasta tranquilamente en una cima rocosa y quebradiza, se acerca la navidad.
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