Le hablaba al grabador con la vista perdida, contenta, como dejando un mensaje del momento preciso, sin importarle que la gente se preguntara qué hace esa vieja?
Probamos el pan y la seguí mirando, estaba impecable, una permanente rubia, una blusa clara y el sol que entraba por la ventana le calentaba un poco la espalda, erguida, muy inglesa.
Una chica que parecía su hija volvió a la mesa con una nenita, me gustó pensar que la abuela le estaba dejando un cajón con cassettes de cosas que le hubiera gustado contarle si hubiera tenido tiempo de estar con ella cuando creciera, cuando una nieta y su abuela tienen tardes enteras de hacer cosas juntas para conocerse. Me imaginé a la nena más grande, con ojos contentos escuchando uno tras otro los cassettes, hasta que en uno de ellos la abuela le decía, hoy estamos con tu mamá en un restaurant, estamos festejando tus 3 años preciosa, estoy feliz, y me encantaría que se te cumplan los deseos que vas a pedir cuando traigan tu torta.
Las tres cantaron sin interrumpir las mesas contiguas, la nena sopló las velitas y se reunieron en un abrazo, ahora la señora se quita una lágrima con un pañuelo de lino blanco bordado, la cambia por una gota de perfume en la mejilla, y una sonrisa que la muestra ya repuesta.
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1 comentario:
la abuela que me hubiera gustado tener.
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